lunes, 12 de marzo de 2012



If you're not crashing... you're not trying.


La foto es un simbolismo. Claramente. Pero me da pie a contar que mi prima intento enseñarme a andar en skate. Nada. Fantasías de ella. Fantasía mía también claramente. Siempre quise un skate, pero la sociedad me empujaba a jugar con Barbies, bebés y escobitas de juguete. Pero también me gustaban otras cosas. Bueno, cumplí mi sueño de aprender a andar en skate (gracias prima). Y como todo en esta vida, aprendí a andar, pero no a frenar. Así que me caí... es que había tomado velocidad, en una rampa, empinada, cuesta abajo. Y como no pude frenar me tiré. La vida misma. La rodilla se me hinchó tanto que me apretaba el jean. Ese viernes a la noche cambiamos el bar por la guardia de la clínica. El resultado fue una pierna totalmente negra, una de las rodillas con una pelota y la otra rodilla sin sensibilidad en la piel, un jean roto, una nariz raspada y uno recuerdos increíbles. El doctor dijo que quizá de aquí a diez años puedo recuperar la sensibilidad en la rodilla, pero a mí la anécdota me queda para toda la vida. Así que creo que hice negocio.